1.3.09

Huellas circulares en la provincia de Santa Fé

Arroyo Leyes – Santa Fe

14 de enero de 2009

Tomás Latino

Santa Fe – Argentina

etdelsol2003@yahoo.com.ar

Martes 6 de febrero de 2009

Tomás Latino y equipo. Grupo Sol.

Programas de investigación y difusión "El Tiempo del Sol".

El hecho ocurre en el paraje Arroyo Leyes cercano a San José del Rincón ubicado a 13 kilómetros al noreste de la ciudad de Santa Fe por la ruta provincial 1, localidad que aún conserva un aire colonial que le otorga gran atractivo turístico.

San José del Rincón tiene una población que supera las 8.000 personas y Arroyo Leyes algo más de 2.400.

Mapa

Informe general

La historia comienza el día 14 de enero de 2009.

Son las 3 de la madrugada cuando Néstor Rivoira y su esposa Sara Fernández, vecinos del paraje Arroyo Leyes, se encuentran durmiendo. De pronto oyen un sonido extraño que despierta al matrimonio. Más atento Néstor se percata del sonido el cual, según afirma el testigo, era parecido al que emite un lanzallamas. Paralelamente uno solo de los ocho perros de la casa reacciona tímidamente con algunos ladridos pero según los dueños, perciben que el animal lo hace desde la zona donde se encuentra un alambrado cercano a la casa que da salida al fondo de la misma y cuyo patio se funde con el terreno que llega hasta un espejo de agua a 50 metros aproximadamente de la vivienda, más allá se encuentra el arroyo Ubajay que se une más al norte con al arroyo Colorado y éste con el Leyes, de donde proviene el nombre del paraje.

Este sonido permanece cerca de 10 minutos hasta que un estruendo pone final al extraño fenómeno. Néstor Rivoira no puede conciliar el sueño y según sus propias palabras intentó levantarse pero "algo" le impedía moverse. Al día siguiente Néstor sale de su casa con la intención de ir hacia el fondo, al patio, para ver qué es lo que había sucedido pero nuevamente tiene una extraña sensación. Esta vez siente que no tiene que ir pero no se trata de miedo sino simplemente de una sensación muy fuerte de no hacerlo. Recién al segundo día decide ir hasta el borde del pequeño espejo de agua, anterior al arroyo que se encuentra más allá, y entonces la gran sorpresa: descubre sobre el terreno una doble huella circular concéntrica de un poco más de tres metros en el borde del círculo externo. Los anillos tienen un ancho entre 25 cm y 30 cm y una depresión combada de 3 cm aproximadamente.

La noticia se expande y comienzan a llegar investigadores y muchos curiosos.

Huella

Imagen tomada el día 22 de enero de 2009 en mi primera visita a la huella.

Jueves 22 de enero, con mi equipo de trabajo

Llegamos al lugar recibidos amablemente por los protagonistas de este caso quienes nos hacen pasar a su casa, una típica vivienda costera rodeada de verde, acogedora y llena de plantas en el patio del frente como en la parte trasera desde donde se divisa, a unos 50 metros, la marca descubierta por los testigos. Nos acompañan los 8 perros de la casa y entre ellos el principal protagonista, mudo testigo que reaccionó con tímidos ladridos ante el fenómeno.

Comenzamos a charlar sobre lo acontecido mientras nos dirigimos al lugar para realizar las primeras inspecciones, tomar medidas, registros fotográficos y fílmicos. Con el correr de los minutos se exponen ante nosotros las características de los testigos, gente común y sencilla del lugar quienes ante lo vivido están ávidos de conocimiento sobre el tema que les cambió la vida.

Las marcas

La medida exterior de los anillos es de 3,40 m. El anillo exterior tiene un ancho aproximado de 30 cm y el interior de 25 cm, separados ambos por 15 cm (ver esquema).

Descripción de la huella

Descripción de la huella.

A pesar de la gran sequía que afecta a la zona desde hace meses, es notable destacar que la hierba en el interior de la huella se encuentra seca más que las que se encuentran en el exterior. A pesar de ello notamos que algunos brotes frescos comienzan a salir en el interior de la misma como potenciados por alguna energía ya que lo hacen en forma aislada sin patrón definido, como se trataría de la aplicación de algún fertilizante. Comprobamos que esto sucede en forma natural y abundante en la hierba del exterior cercana a un pequeño espejo de agua lleno de camalotes.

Sin dudas la huella se nota diferenciada de la vegetación circundante a gran distancia.

Los anillos forman una huella combada de aproximadamente 3 cm de profundidad, el suelo esta seco y resquebrajado como si además del calor de temporada y la sequía hubiera sido expuesto a altas temperaturas aunque no hay restos ni marcas de fuego o quemadura.

Intuimos, sin la comprobación científica, que se podría tratar de la acción de un alto campo magnético o microondas según la teoría del investigador Oscar Mendoza sobre casos típicos quien en otra jornada nos acompañaría al lugar a investigar.

Pudimos notar también que las espigas totalmente secas se encuentran diseminadas en grupos y de manera entrecruzada, posiblemente por la acción de una fuerza giratoria. Esto se puede comprobar en el interior, no así fuera de la marca donde no hay ningún rastro extraño.

Por la huella, desde el momento de su aparición, ha pasado mucha gente. Hay que recordar que el suceso ocurrió el día 14 de enero y recién se dio a conocer a la opinión pública varios días después. Es decir que la misma está sin dudas contaminada pero no a tal punto como para no distinguir los detalles antes mencionados y por supuesto tal distribución no se podría realizar sin previo conocimiento y calidad "profesional" sobre la temática.

Asimismo debo decir que por sus características no se asemeja a los círculos aparecidos en los granos y por lo tanto queda para aquellos que así lo consideren como el resultado de energías telúricas. Más bien me inclino a pensar, de tratarse de un fenómeno relacionado con los OVNIs, que es la consecuencia de un acercamiento de una nave u objeto de dimensiones relativamente pequeñas a baja altura sin posarse, ya que no se encuentran las hendiduras de los clásicos trípodes de sus patas de asentamiento.

El testimonio

Realizamos una nota videograbada con los testigos, quienes nos refirieron exactamente lo mismo que comentamos más arriba, sólo que con el pasar del tiempo nos enteraríamos de detalles anexos.

Ante nuestra insistencia nos relatan detalladamente lo que vivieron esa madrugada, sosteniendo, insisto, su testimonio. Nos cuentan además que durante los dos primeros días los animales no se acercaban al lugar de la huella. Resulta llamativo la permanente atención que presta el perrito que ladró la noche del evento.

Acontecimientos paralelos declarados por los testigos

Néstor nos cuenta que generalmente se han visto en la zona de la costa fenómenos luminosos extraños pero que nunca le habían prestado mayor atención. Ahora, a la luz de lo acontecido Néstor nos relata que estando en la isla pescando con unos amigos vieron evolucionar una luz que al principio creyeron se trataba de un avión pero luego se aproximó sobre sus cabezas a tal punto que, siempre en el relato de Néstor, ésta llegó a iluminar de tal manera que le permitió ver el fondo del agua y los plomos de la red de pesca, es decir a una profundidad de un metro y medio en aguas turbias como lo son nuestros ríos. Se veía como si se tratara de agua transparente a la luz del día. A los pocos instantes esa luz desapareció de pronto, dejando en la incertidumbre a los testigos ocasionales, quienes decidieron guardar silencio por miedo a la burla y con el tiempo se olvidaron del hecho.

Sara por su parte, más abierta al diálogo, nos relata, con asombro y cierta emoción, que ella se encuentra muy enferma de los riñones, a tal punto que en los próximos días tenía que realizarse análisis y tratamientos pero que al día siguiente del extraño suceso vivido por ellos notaba una mejoría llamativa extraordinaria, incluso se sentía con más vitalidad y mejor humor. En las noches posteriores sintió en sus piernas una sensación como que unos dedos la estuvieran tocando muy suavemente como si se tratara de masajes pero en el interior de los músculos.

La charla siguió sobre temas generales y sobre el fenómeno OVNI en general hasta que se hizo la hora de partir. Nos despedimos hasta próximos encuentros para seguir la evolución del caso, mientras tanto la gente seguía llegando al lugar.

Sábado 24 de enero, segunda visita junto a otros investigadores

El sábado 24 de enero, a media mañana, Oscar Mendoza, Luis Brusa y yo tomamos rumbo para visitar la huella de Arroyo Leyes y realizar nuevas investigaciones. Oscar venía provisto de elementos técnicos para recolectar muestras y tomar mediciones pero antes iríamos a inspeccionar unas huellas que se encontrarían kilómetros antes sobre el sector de la laguna Setúbal. Esta laguna se encuentra en el oeste de la ruta provincial número 1 y las marcas circulares de Arroyo Leyes al este de la misma ruta. Luis Brusa fue el que aportó los datos de ubicación de estas nuevas huellas a él referidas por uno de los lugareños visitante a las marcas de Arroyo Leyes.

Una vez arribados al lugar pudimos apreciar que estas marcas estaban formadas por surcos de escasa profundidad en espiral o círculos concéntricos irregulares. Encontramos en la zona tres de estas huellas dos de las cuales se encontraban juntas y la tercera a varios metros de las mismas. Se tomaron fotografías, en tanto Oscar realizó un registro en video con su cámara.

Huella en cercanía de la laguna Setubal

Una de las huellas de la laguna Setúbal. Imagen tomada el día 24 de enero de 2009.

Cabe agregar que al momento de esta inspección aparecieron dos personas a caballo, hombres de la zona, que dijeron no haber visto nunca alguna luz ni cosa extraña, afirmando además según su parecer, que estas marcas fueron hechas por jóvenes motociclistas que acudían al lugar a practicar motocross.

Esta zona pertenece al humedal que en este momento se encuentra prácticamente sin agua debido a la bajante de los ríos y de la propia laguna de los que se alimenta. En las fotos se puede apreciar una vegetación más verde que en la zona de las marcas de Arroyo Leyes.

Antes de partir hacia el lugar donde se encuentran las marcas de Arroyo Leyes, Oscar con sus aparatos, ayudado por Luis, realizaron mediciones sin hallar anomalías.

En la huella de Arroyo Leyes con Oscar Mendoza y Luis Brusa

Luego de la visita al lugar de las marcas arriba descriptas nos dirigimos a la casa de Néstor y Sara, quienes con su amabilidad de siempre nos recibieron en su casa y nos acompañaron hasta la huella. Allí realizamos mediciones y se tomaron muestras para el posterior análisis a cargo de Oscar. Los protagonistas reiteraron la historia, también videograbada por mí para Oscar Mendoza quien por su parte y en forma independiente elaborará su informe al igual que Luis Brusa quien ya había visitado el lugar el día anterior, viernes 23 de enero.

Detalle de la huella

Detalle de la huella. Imagen tomada por Luis Brusa el día 23 de enero de 2009.

Anexo: Las marcas de la laguna. Mis deducciones y análisis.

Tanto Oscar como Luis, están de acuerdo que se trata de marcas hechas por motos aunque a mí me queda la duda de por qué sólo tres círculos los cuales para su elaboración debieron llevar las motos alzadas o cargándolas ya que no se encuentran rastros de acceso de las mismas hasta el lugar desde el camino por donde se llega a la zona que está del otro lado de un alambrado con "boyero" eléctrico distante unos 40 metros aproximadamente. Las huellas tienen una entrada y una salida apenas visibles en espiral o círculos concéntricos, lo que hace suponer por tanto la teoría de las motos pero para realizar el dibujo tendrían que hacerlo en una sola rueda, la trasera, sin fallar el dibujo, es decir hacer "willy" en perfecto o simétrico espiral arrancando de cero y frenar de golpe, efectos estos que no se evidencian en las huellas, no hay frenos con tierra abultada al final ni derrape al comienzo. Las marcas de entrada y salida tienen un leve afinamiento en punta.

Ahora bien, ¿por qué molestarse hasta ese lugar apartado para realizar solamente tres huellas?, o mejor dicho ¿si están practicando motocross, por qué hicieron sólo tres huellas simétricas y nada más? Obviamente deberían existir muchas más huellas con las marcas de las cubiertas de las motos diseminadas por el terreno, salvo que esta práctica fuera hecha con la intención de simular tres rastros o huellas dejadas por un supuesto OVNI. Si la idea es fraguar o hacer creer que allí se posaron naves desconocidas me inclino por un método más sencillo, como ser que se trate de marcas hechas con elementos mecánicos comunes. También cabe la posibilidad de que se trate de la acción de algún animal.

La cuestión a resolver, o mejor dicho la pregunta es ¿por qué y para qué dos huellas juntas y una tercera alejada? Esta pregunta también cabe para el caso de que los autores fueran animales. Por ese motivo hice una consulta a un veterinario quien realmente no lo tomó en serio al principio y luego no supo de que animal podría tratarse.

Ahora bien, de no tratarse de huellas o rastros dejados por algún animal, entonces quien las hiciera el motivo principal seguramente sería darles masiva publicidad, sin embargo hemos llegado a ellas por un hecho fortuito de un comentario de alguien anónimo que se encontraba observando las marcas de Arroyo Leyes junto a Luis Brusa y departiendo conversación con él, entonces le hizo conocer de la existencia de las mismas llevándolo a dicho lugar para mostrarle lo que había descubierto en la misma fecha o días cercanos al de las aparecidas en el fondo de la casa de Néstor y Sara.

Es lógico pensar por tanto que a partir de nuestro conocimiento podría así producirse dicha difusión masiva, es decir cumplir indirectamente con la pretensión de los fraguadores. Sinceramente creo que serían demasiadas vueltas y una sensible exquisitez manipuladora además de una capacidad de anticipación notoria como para saber a ciencia cierta que esto podría ocurrir sin conocer a los ocasionales intermediarios (nosotros) para tal fin. Demasiadas casualidades de casualidades.

Como conclusión personal de estas nuevas marcas sólo queda la duda, o mejor dicho no se puede afirmar la realidad anómala de las mismas.

El testimonio de la aparición de dichas huellas es solamente el dado por esta persona anónima sin ningún correlato de observaciones o apariciones de luces extrañas u objetos en la zona. Solamente queda la incertidumbre de la coincidencia en aparición de marcas en una zona cercana al caso principal.

Jueves 5 de febrero de 2009. Tercera visita.

Luego de una torrencial lluvia que duró toda la noche anterior hasta el mediodía del jueves 5 de febrero, decidimos con nuestro grupo de investigación llegarnos nuevamente hasta el lugar de las marcas de Arroyo Leyes. Mientras viajábamos al lugar pudimos apreciar la bendición que significó esta lluvia al aminorar los efectos de la sequía que viene asolando a gran parte del país y que según datos oficiales se trata de una de las peores en muchos años.

La idea principal era aprovechar la inmediatez de la finalización de la caída de tanta agua para ver los efectos en las marcas, su comportamiento y por supuesto cualquier nuevo elemento en el caso.

Antes decidimos pasar a visitar también nuevamente las otras marcas ubicadas a la vera de la laguna. A pesar del mal estado del camino que nos lleva hasta las mismas pudimos llegar sin inconvenientes. Como se dijo anteriormente, este lugar pertenece al humedal lindante a la laguna a modo de esteros, los cuales después de la intensa lluvia parecían haber tomado el aspecto habitual de los mismos. A pesar de ello accedimos al sitio de las huellas caminando entre los charcos de agua para comprobar que seguían intactas y con las características ya descriptas. Una de ellas mide 2,50 m de diámetro y la que se encuentra al lado 2,20 m, a igual que la que se encuentra más alejada a una distancia aproximada de 15 m. La profundidad en la irregular huella de las marcas es de aproximadamente 4 cm y un ancho aproximado a los 10 cm.

Quisimos comprobar nuevamente la posibilidad de alguna alteración magnética, para lo cual colocamos una brújula, la que se comportó en forma normal tanto dentro como en distintas zonas fuera de las marcas. Tomamos nuevas fotos y partimos hacia Arroyo Leyes hacia el domicilio de Néstor Rivoira y Sara Fernández.

Una vez llegados al lugar nos atendió tímidamente Sara, quien luego de saber que éramos nosotros nos dijo, con cierta molestia, que estaban manteniendo la casa cerrada por el cansancio que les estaba representando los curiosos y visitantes, muchos de ellos impertinentes.

A pesar de la intensa lluvia las marcas se mantienen intactas, como se puede observar en los nuevos registros fílmicos y fotográficos.

Huella luego de la lluvia

Imagen que corresponde al 5 de febrero de 2009 en mi tercera visita, una hora después de la caída de una torrencial lluvia que llegó casi a los 100 mm.

Esta vez pudimos ver en soledad y profundo silencio estas marcas debido a lo intempestivo del clima que seguramente desalentó a las personas para acercarse al lugar.

Luego de una amena conversación con nuestros anfitriones, regresamos a la ruta para el retorno a nuestros hogares. Las nubes ocupaban el horizonte a gran distancia, mientras Febo se colgaba sobre el celeste cielo tímidamente pero con su potencia de siempre.

Primeras conclusiones

Dejo asentado aquí que las mismas son de índole personal y que de ninguna manera representa la forma de pensar de los colegas que me acompañaron ocasionalmente, los cuales harán como corresponde su propio informe independiente. Esto significa al mismo tiempo que los análisis y deducciones del caso aquí expuestos son de mi absoluta responsabilidad.

Del estudio físico

Al cierre de este informe recibo una llamada de Oscar Mendoza quien prudentemente me indica que en los primeros análisis de las muestras descubrió que en las mismas se destaca una diferencia de suelos. La capa superficial de la marca (los anillos) parecerían contener detritos o limo, diferenciándose de la arena. Esto sin dudas evidencia que dicho material fue aportado al conjunto, tal vez con agua del arroyo cercano. La pregunta es ¿por quién y por qué? La primera deducción, que a mi humilde entender puede ser errónea, es que este hecho determina sin lugar a dudas la manipulación de las marcas. Creo que una cosa no anula la otra. Me explico:

Sabemos que nos estamos manejando con un posible caso de parámetros no sólo desconocidos, sino de características anómalas que incluyen hechos insólitos y a veces -la mayor parte- ilógicos... para nuestra lógica. Estamos en el campo de los no identificados, terreno, si los hay, de mucha inconsistencia para nuestros pensamientos cartesianos. Sabemos que ciertas pautas o comportamientos-patrones de esta especie se caracterizan incluso por el absurdo. Sabemos que es normal y propio de estos fenómenos la relación directa con las fuentes de agua. No es de extrañar, insisto menos aún en este tema, que existe la posibilidad de que dicho aporte de material, por ahora ajeno a las marcas, fuera realizado por el mismo fenómeno. No es de desconocimiento en el ámbito investigativo la aportación de materiales como por ejemplo algas o residuos metálicos y minerales que de ninguna manera formaban parte del suelo afectado, elementos con los que cuento en mi poder recogidos de los lugares de viejos casos ocurridos en otras latitudes. Asimismo no es descabellado pensar en la posibilidad de una transmutación de la materia a través de una tecnología tan avanzada como lo demuestra la historia del fenómeno.

De todas formas para arribar definitivamente a la confirmación de dicho aporte harán falta más estudios, para ello habrá que esperar más pruebas de parte de Oscar Mendoza. Por mi parte voy a realizar consultas y estudios paralelos con un geólogo que vive en la zona y que trabajara en el frustrado y viejo proyecto del Paraná medio.

Del estudio químico

El mismo también queda pendiente aunque para mi forma de ver éste es más fácil de fraguar sin que esto signifique que no haya sido así incluso después de los primeros acontecimientos. Cabe aclarar que del mismo modo pudiera suceder con el suelo ya que si hubo el tiempo necesario para fraguar toda la marca, incluida la capacidad creadora para realizarlo, lo hubo para contaminar físicamente la evidencia con elementos químicos.

Del aspecto humano-social

Nos encontramos ante las típicas personas humildes y sencillas de las zonas costeras. Amables e incluso inocentes, algo que para nosotros los citadinos significa o tiene un correlato totalmente diferente al de ellos.

De ninguna manera puedo hacer un diagnóstico psicológico, lo cual sería un delito por no ser profesional médico, pero sin dudas a través de la experiencia en este campo de la investigación ufológica uno puede darse cuenta sobre la veracidad o no de un relato. Está basada mi afirmación cuando uno advierte, por parte del testigo, la falta de conocimientos sobre el tema. Conocimientos que no vienen dados necesariamente y únicamente a través del contacto con los medios informativos -escritos, radiales, televisivos e informáticos- sino que debería expresarse en términos de experiencias muy seguras, no sólo en el hecho en si mismo sino en las consecuencias y elementos paralelos y colindantes, todo un universo de posibilidades que tendrían que ser analizados para ponerlos en práctica, en este caso en un elaborado fraude. Para ello debe haber un motivo y una razón.

Motivos y razones (deducciones sin diván)

Está claro para mí la consistencia del relato por parte de los testigos. Para ellos hubiera sido más fácil asociar a la aparición de las marcas algún avistamiento incluso de características extraordinarias como para darle sustento a esta historia, incluso con el riesgo que esto significa ante la necesidad de otros testigos de la zona pero de ninguna manera necesarios. Sucedió el 14 de enero, miércoles a la madrugada y no un fin de semana en un lugar caracterizado por ser zona de quintas y por tanto con muchos testigos potenciales. Ahora bien, también podrían sostener tal argumento del avistamiento solamente vividos por ellos sin que necesariamente hubieran otros testigos. Al respecto tengo en mis archivos testimonios de calidad pública de quienes en su momento vivieron esta experiencia ante la presencia de decenas de personas que sin embargo no participaron de la misma permaneciendo dormidos y sin que se los pudiera despertar como si algo, una fuerza desconocida así lo impidiera (testimonio grabado sobre el caso vivido por Enrique Almada, actor uruguayo ya fallecido, en su experiencia de avistamiento en la estancia La Aurora en Salto, Uruguay). No es coincidencia y no debe serlo a menos que se quiera deliberadamente romper las relaciones o patrones existentes en experiencias que son desconocidas tanto para unos como para los otros actores de estos hechos distanciados en el tiempo y geográficamente.

En este ámbito es muy fácil, y por cierto tentador, el asumir que todo se trató de una imaginación o ilusión (en este caso de a dos), lugar habitual que se usa a modo de cesto para arrojar como desperdicio lo que molesta o incomoda: lo desconocido e incomprensible que afecta y altera nuestro dogmatizado pensamiento.

De ninguna manera se puede probar definitivamente que lo afirmado por los testigos es totalmente cierto, pero tampoco lo contrario sino, en todo caso, deberíamos dedicarnos a otra cosa distinta que el investigar lo desconocido, término que por si mismo define de qué se trata.

El fenómeno se presenta como quiere y no como nosotros deseamos. Sería ideal la presencia masiva de testigos pero también es cierto que aún así -consta en los archivos de todo investigador- se plantean como posibilidad la imaginación o ilusión colectiva. Pocos o muchos, depende de quien lo analice.

Es el viejo y siempre vigente paradigma sobre estos fenómenos.

La otra posibilidad es que dichas marcas fueran realizadas por terceros o extraños "bromistas", lo cual plantea otra disyuntiva porque ¿cómo es posible que quien lo hiciera, deliberadamente lo fabricó para que apareciera en concordancia con la experiencia vivida por los testigos? Aún admitiendo una extraordinaria coincidencia en los hechos deberían haber sido fabricadas las marcas en la misma noche en condiciones desventajosas para el o los autores. Y me refiero a testigos muy especiales como los son los ocho perros que están sueltos en el lugar.

La alternativa de que las marcas fueran hechas antes queda descartada pues sencillamente hubieran sido descubiertas como así los autores ya que en ese lugar pasan permanentemente personas, sobre todo pescadores ocasionales que se apostan a muy poca distancia donde se encuentra el arroyo.

Efectos en los testigos

Ya mencioné lo que Ana comenzó a sentir a partir del día del suceso. Actualmente se encuentra igual, o mejor dicho, según sus mismas palabras mejor aún. ¿Se trata solamente de un estado de ánimo o realmente algo ha influido en ella para mejorar su salud? El tiempo lo dirá ya que la protagonista no está dispuesta por ahora a autorizar algún estudio médico independiente.

Por su parte Néstor ha sufrido mucha sed y necesidad sobre todo de beber agua, algo que con el tiempo fue disminuyendo. También ha tenido otras experiencias que a su pedido por ahora mantenemos en reserva hasta que él lo autorice.

Estos elementos inclusivos se suman a la carpeta del caso para, correlativamente, analizarlos comparativamente junto a otros tantos similares ocurridos en el mundo.

Quien quiera que se atreva

Llegados a este punto no queda otra alternativa como posibilidad de fraude que la inevitable sociedad entre los autores y los testigos o simplemente que ellos mismos hicieron todo por su propia cuenta, claro que tal afirmación debe ser probada. De todas maneras tengo la sensación que algún investigador lo expondrá pero tangencialmente, es decir deduciendo pero sin sentenciar, dejando en el aire la clara condena a elaborar personalmente por los "buenos entendedores".

No es mi caso, que quede claro. No se puede forzosamente unificar sucesos solamente para relacionarlos a un fraude. Menos aún a una broma pues hasta ahora por las reacciones comprensibles por parte de los protagonistas, se descarta esa posibilidad. De ninguna manera se ríen, todo lo contrario. Además no hay que confundir amabilidad y buen trato con debilidad o falta de seriedad.

Reitero en síntesis sobre mis deducciones que es demasiado trabajo para gente sencilla y sin necesidad de que la vida se les complique con un elaborado fraude. Si, elaborado, a menos que a simple vista podamos tener la facilidad de sentenciarlo como fraude. Quien quiera atreverse, que lo haga, está bien y, ¿por qué no? necesario. No soy yo quien para prohibirlo pero su sustento debe superar a mis sustentos o por lo menos agregar elementos para nuevos y desafiantes trabajos de investigación.

Estas personas están deseosas de resultados. De ninguna manera se quedan solamente con lo vivido, esperan respuestas las cuales quizás nunca lleguen de nuestra parte. Quizás otras nuevas experiencias -esto tampoco es nuevo y menos aún extraño en el fenómeno- vengan a aumentar el misterio o ¿por qué no? a dar luz sobre los mismos. Tiempo al tiempo…

Yo tengo bien claro mis "fronteras" o límites. Me considero honesto, lo cual supera cualquier creencia, pero no por ello dejo de lado la amabilidad y las buenas costumbres. Fui criado en el respeto, el agradecimiento y reconocimiento al otro, y así fui recibido y tratado por Néstor Rivoira y Sara Fernández. Los considero unos nuevos amigos y por tal razón renovaré el esfuerzo para buscar la verdad, si es que tengo la fortuna o la posibilidad de llegar a ella en este caso. Pero mientras tanto creo firmemente que en Arroyo Leyes ocurrió un fenómeno anómalo. Mis dudas no pueden generar la de ellos sino servir en silencioso respeto para ahondar profundamente en el caso.

A los colegas investigadores les digo que los considero amigos y por tanto caben para ellos los mismos conceptos y valores pues se puede desconfiar de las circunstancias pero no de los amigos. Por eso, quizás, el mundo, parece ser tierra de nadie.

A mí no me preocupa absolutamente de ninguna manera el desilusionarme o descubrir que todo es contrario a lo que sostengo, mejor aún, me hace más fuerte y me ayuda a superar prejuicios.

No todo es intuible pero tampoco todo es medible, ese es el misterio que nos moviliza y para ello el espíritu humano es fundamental.

Que cada uno saque sus propias conclusiones. La investigación queda abierta.

Nota final anexa

Un detalle importante. Al regreso del primer día de visita a las marcas me sentí descompuesto con mucho dolor de cabeza y una interminable sed que pude saciar en horas de la madrugada luego de beber más de tres litros de agua, además me fue muy difícil conciliar el sueño. Algo similar le sucedió a Néstor Rivoira desde los primeros días.

También nos sorprendimos cuando, al editar la nota a los testigos, en determinados momentos se escucha una interferencia en el micrófono. El mismo no está alimentado con baterías ni pilas, además estos equipos (cámara y micrófono) venían de ser utilizados por periodistas de un noticiero en un canal de cable. Tanto el camarógrafo, amigo y colaborador que trabaja como técnico operador en dicho cable, como yo pertenecemos al ámbito periodístico radial y sabemos sobre el tema. Aún así hicimos las averiguaciones con nuestros compañeros de trabajo quienes se encontraron sorprendidos del hecho sin podernos dar una respuesta satisfactoria al respecto porque, según ellos, no debería haber pasado. No se trata del sonido típico de una mala conexión. El sonido de referencia se puede escuchar fluctuando en la nota videograbada y en el crudo donde está inserta la misma en su totalidad. Dicha nota debió ser cortada en alguna de sus partes porque el sonido hizo imposible que pudieran ser agregadas a la edición final.

Instrumental utilizado por Oscar Mendoza:

  • Contador Geiger
  • Detector de cargas electrostáticas
  • Detector magnético (Brújula)
  • Poderoso imán con la finalidad de capturar partículas ferromagnéticas.
  • Multímetro (Tester)
  • Muestreador de suelo

Los detalles de uso y resultados en los informes de Oscar Mendoza.







Algunos comentarios



Oscar Raúl Mendoza

Santa Fe – Argentina

oscarmendoza@gigared.com



  • Néstor y Sra. son testigos "indirectos" y "auditivos" que, "asocian" lo escuchado, con unas "huellas" (algo raras) que descubren dos días después.
  • Nadie de la vecindad escuchó ni vio absolutamente nada.
  • No detecté en la huella partículas radioactiva (alpha) con el contador Geiger superior a los valores normales.
  • Tampoco alteraciones magnéticas, tan solo, escasas e insignificantes partículas ferromagnéticas.
  • Obviamente, por el tiempo transcurrido, ninguna carga eléctrica localizada. En las muestras que obtuve, en ambos anillos, se apreciaba una capa superior de 4 cm. de arcilla seca, dura y cuarteada, debajo arena como el común del terreno fuera de la huella.


De manera que en lo que mi respecta, ni afirmo ni rechazo el caso, hasta que no aparezca otra cosa que lo refrende, como por ejemplo, el resultado que puedan arrojar el análisis de las muestras de suelo sacadas en la huella y en el terreno aledaño.

Chequeo por parte de Oscar Raúl Mendoza con el G. Muller (negativo).

Néstor Rivoira – Oscar Raúl Mendoza – Sara Fernández.


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